Arte Objeto
“Capu”
2019
25 x 12 x 8 cm
Botella de vidrio intervenida con objetos
“Corazón partido”
2018
25 x 8 x 8 cm
Botella de vidrio intervenida con objetos
“Destiladora”
2018
41 x 9 x 9 cm
Botella de vidrio intervenida con objetos
“Eifelita”
2019
19 x 8 x 5 cm
Botella de vidrio intervenida con objetos
“Fra Angélico”
2018
40 x 11 x 8 cm
Botella de vidrio intervenida con objetos
“Hermano lobo”
2018
30 x 10 x 10 cm
Botella de vidrio intervenida con objetos
“La consentida”
2019
39 x18 x 15 cm
Botella de vidrio intervenida con objetos
“La modelo francesa”
2019
34 x 24 x 24 cm
Botella de vidrio intervenida con objetos
“Queen of gin”
2019
32 x 18 x 18 cm
Botella de vidrio intervenida con objetos
“Quemadora”
2019
24 x 7 x 6 cm
Botella de vidrio intervenida con objetos
“Tlacuilo”
2019
26 x 11 x 11 cm
Botella de vidrio intervenida con objetos
“Vincent”
2019
34 x 14 x 11 cm
Botella de vidrio intervenida con objetos
“Viva el rey”
2019
16 x 12 x 14 cm
Botella de vidrio intervenida con objetos
“Santo Niño Albañíl”
2009
65 x 40 x 25 cm
Figura de madera pintada y objetos
“Santo Niño del Columpio”
2019
63 x 42 x 36 cm
Figura de yeso y objetos en urna de madera y vidrio
Reliquias: el poder de las imágenes.
En esta sección habrán de experimentarse tanto el fenómeno, como la creencia en la efectividad de las imágenes-objeto, no sólo como vehículos de comunicación de condiciones más profundas, sino a partir de sus facultades sustitutorias, taumatúrgicas y devocionales. Así pues, relicarios, esculturas y un sinnúmero de objetos, se exhiben aquí como muestras del prodigio artístico que las ha vuelto “mágicamente eficaces”, pues en conjunto evocan el milagro que las ha convertido en la extensión de la presencia de ciertos personajes, incluido el mismo Antonio Álvarez, del mismo modo en que son capaces de transmitir un sinfín de propiedades, así como propiciar eventos, si es que uno está dispuesto a consumar el acto de fe.
Tal como apunta David Freedberg, el cometido de estas imágenes-objeto, va más allá de su naturaleza puramente material, en términos de sus cualidades estéticas o visuales. Se trata de un conjunto de representaciones cuyo poder radica en incidir directamente en la sensibilidad y el devenir de quien deposita sus memorias, sus deseos y sus expectativas en ellas. Ya sea dar la vuelta al mundo o emprender la construcción de una casa; invocar la presencia y atributos de un ser que ha transitado hacia otro plano o simplemente conservar un objeto o parte del cuerpo de alguien a quien dejar ir implicaría sencillamente dejar de ser uno mismo; todas ellas son funciones que habrán de activar estos ensamblajes, acuarelas, botellas, objetos y lienzos. Lo que no hay que olvidar es que la consagración de éstos obedece a la voluntad creadora de Antonio Álvarez Morán, así como a su oficio transformador de la materia común en Arte y finalmente al ritual mediante el cual han sido investidas, ungidas y hasta trasladadas a lugares sagrados destinados al culto. Así lo afirma Freedberg cuando enuncia que “las imágenes funcionan porque están consagradas, pero al mismo tiempo, funcionan antes de estarlo, por lo cual, el fenómeno de la consagración demuestra plenamente el potencial de todas las imágenes; lo activa y lo vuelve real.”
Adriana Alonso Rivera