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Bienvenido a esta exposición virtual

“Lyn May y Yo”

Conoce nuestra historia y acércate al arte que he creado bajo la inspiración de mi gran musa.

 

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El comienzo

No recuerdo exactamente cuándo vi por primera vez una fotografía de Lyn May, pero he de haber sido muy joven, ya que su popularidad, y con ello la abundancia de publicaciones mostrándola, comenzó a incrementarse a mediados de los años setenta. Comencé a pintar a finales de 1973, recién entrado a la adolescencia, y a la par empecé a coleccionar recortes, principalmente de revistas y periódicos, los cuales utilizaba para crear álbumes en cuadernos y forrar las paredes de mi habitación, creando collages sobre pliegos de papel en donde organizaba mis pequeños recortes que posteriormente engrapaba en los muros formando una especie de papel tapiz personal. La selección de las reproducciones correspondía a mi naciente gusto por la imagen y era una evidencia de mis preferencias visuales de aquel entonces. Entre ellas podían contarse obras de arte, fotografías bizarras y antiguas, retratos de artistas, anuncios y sobre todo hermosas mujeres, no es de extrañar que Lyn May aparezca ya en ese universo iconográfico. (1)

El primer dibujo y el primer óleo

En cierta ocasión, a mediados de la década de los ochenta, al estar viendo en la televisión la película “Los lavaderos”, en la que aparecía la actriz acapulqueña, sentí el impulso de dibujarla y así lo hice, siendo esta mi primera vez. (2)

En 1992 experimenté nuevamente esta necesidad e hice una pintura al óleo en la que tomé como referencia la portada de la cajetilla de cerillos “La Central”, de cuya ilustración sustituí la imagen del Partenón por la pirámide de Cholula y a la Venus de Milo por una representación de Lyn, basada en una foto que le fue tomada mientras debutaba bailando en un cabaret de la Ciudad de México. Esta pintura tuvo un efecto premonitorio, como veremos más adelante. (3)

Estrellas y señales de iluminación

Al año siguiente retomé el tema en una nueva pintura, esta vez acompañando a mi modelo de mí también admirado cómico mexicano Gaspar Henaine “Capulina”, curiosa asociación ya que nunca compartieron el escenario. Una brillante estrella ilumina su aparición en un jardín surrealista poblado con trece animales miniatura. No mucho tiempo después, en 1997 volví a las andadas dándole un carácter sagrado, fue así como apareció “Santa Lyn May”, portando un cinturón con hebilla de Jesucristo cargando la cruz y rodeada por cinco angelitos bigotones. La imagen referencial para esta obra la tomé de una fotografía publicada en un ejemplar de la revista de crucigramas y pasatiempos “Diversión” que acostumbraba publicar fotos de artistas y vedettes mexicanas en los años setenta. Compré uno de estos ejemplares años después, en un expendio de revistas usadas, cuya portada mostraba en todo su esplendor a Lyn May con la singular dedicatoria apócrifa escrita a mano: “Desde Acapulco con admiración para Antonio, pronto te veré. Lyn.”. Esta fue sin duda una señal que iluminó mi futuro encuentro con la artista. (4,5)

Nuestros primeros encuentros

Años después, paseando por el centro de la ciudad de Puebla me sorprendió un cartel adherido a un muro que anunciaba, como un especial de día del padre, la presentación de “La vedette más atrevida y sexy de todos los tiempos, la leyenda de la vida nocturna: Lyn May” en un centro nocturno local. Para ese entonces tres de los retratos que le hice habían sido publicados, en el catálogo de una retrospectiva de mi obra por la Universidad de las Américas, por lo que decidí presentarme en el lugar con la intención de conocerla personalmente y mostrarle mi trabajo acerca de ella. Así fue el 18 de junio de 2005, cuando la intercepté en la entrada del local. Desde el primer momento se mostró extremadamente amable e interesada en mi labor, invitándome a presenciar el espectáculo y a continuar nuestra charla al término de este en su camerino, ahí nos tomaron una polaroid y me sugirió llamarme al día siguiente para ir a mi estudio y ver las obras mencionadas. Para mi sorpresa recibí su atenta llamada en la que acordamos que pasaría por ella para llevarla a observar las pinturas. Acompañada por su hermano, pasamos una tarde inolvidable recorriendo los cuadros y conversando. Así fue como dio inicio nuestra amistad.

Un año después la invité a la inauguración de mi exposición “Santo Niño Poblanito” que se llevó a cabo en la Ciudad de México, ella aceptó gustosa, más a sabiendas de que la “Santa Lyn May” estaría incluida en la muestra. Lyn arribó puntualmente acompañada por las cámaras del popular programa de televisión “Ventaneando”. La noticia de su visita a la exposición fue difundida ampliamente al día siguiente y con ello se empezó a generar el rumor de una posible relación amorosa entre ambos. Ese mismo año asistí a su coronación como “Reina de las Vedettes” en Iztapalapa.

Lyn May en la Farándula Cubista

En el año 2007, con motivo del centenario del famoso cuadro “Las señoritas de Aviñón” pintado por Pablo Picasso, decidí arrancar una nueva serie de obras bajo el título de “Farándula cubista”, tomando como referencia algunos de los cuadros pintados por el artista español en esa misma época. Al ser la temática picassiana el desnudo femenino, se me ocurrió sustituir a las modelos de Picasso por vedettes populares del México de los años setenta, para ello busqué la asesoría de Lyn, así como su participación performática durante la inauguración de la muestra, cosa a la que respondió afirmativamente. Lo único que me pidió a cambio fue un nuevo vestido para estrenarlo ese día, para ello acordamos que el diseño debería corresponder a la época elegida. Buscando entre mi colección de fotografías encontramos una de sus primeras presentaciones en la capital y decidimos que ese modelo sería el adecuado. Ella me indicó que había sido diseñado por el famoso “Modisto de las estrellas” Mitzy, quien aún se encontraba activo por lo que pude contactarlo para que fabricara nuevamente el mismo diseño, el cual portó el 12 de julio en la Casa del Caballero Águila de Cholula. La recepción de las obras fue todo un éxito, lo mismo que la danza de Lyn, aportando un carácter mágico al evento. Digo esto porque curiosamente la foto que usamos para elegir el nuevo vestido fue la misma que tomé para pintarla junto a la pirámide de Cholula 15 años antes, con lo cual reafirmo el carácter premonitorio de ese primer retrato al óleo, así como el hecho de que entonces publiqué la fotonovela “El amor por la pintura” en la que fantaseo un romance con ella, cosa que se llevaría a cabo una década después. (6,7,8,9,10)

Tabú Latinoamérica

Entrado el año 2010, por sugerencia de mi amigo Julio Glockner, fui contactado por Nat Geo para grabar un capítulo de la serie “Tabú Latinoamérica”, con el tema “Belleza extrema”. Esto fue porque tenían la idea de entrevistar a Lyn May y conociendo el trabajo que había realizado con ella les pareció acertado grabar el programa en mi estudio de Puebla. Fue una experiencia intensa y enriquecedora que, entre otras cosas me dio la oportunidad de hacer un apunte del natural de mi modelo por primera vez, algo de lo que puede observarse en el resultado de la edición del programa. (11)

Sesión fotográfica con Jorge Carlos Álvarez

Durante unas vacaciones familiares en el puerto de Cancún tuve la suerte de encontrarme casualmente con Lyn en el 2015. No teníamos mucho tiempo, pero le propuse realizar una sesión fotográfica con mi gran amigo y diseñador Jorge Carlos Álvarez, para lo cual renté un pequeño teatro y con la ayuda de un par de asistentes llevamos a cabo la sesión con cambios de escenografía y vestuario. Para una de las series me hice fotografiar con ella en poses seductoras y provocativas. También hicimos unas fotos de Lyn con velo y griñón de monja, una de las cuales utilicé para mi proyecto de Facebook “La monja del mes”. Le entregamos a Lyn algunas de las fotografías, incluidas en las que aparecíamos juntos, para que las usara como mejor le pareciera.

El gran escándalo de la boda

Con motivo del estreno en Puebla del documental de María José Cuevas, “Bellas de noche” en abril del 2016, se me ocurrió preguntarle a Lyn si ya lo había visto, siendo ella una de las vedettes protagonistas del largometraje. Para mi sorpresa contestó que no, por lo que la invité para que fuéramos juntos. Aceptó complacida y fui por ella al aeropuerto capitalino, adonde llegaba después de una de sus incontables presentaciones. Llegamos puntuales a la función, ante la sorpresa del público y de la directora del film, que no esperaban su presencia. Terminada la función nos retiramos a mi casa, en donde se hizo realidad mi fantasía publicada en la fotonovela nueve años antes. El fin de semana siguiente nos encontramos nuevamente en la Ciudad de México, poco antes de que apareciera la publicación que incluía algunas de las fotos tomadas en Cancún y en la que además se anunciaba nuestro supuesto compromiso matrimonial. La noticia, creada por la prensa, se hizo viral apareciendo en televisión, medios digitales e impresos. Lyn se encargó certeramente de manejar la situación, declarando la cancelación de la supuesta boda, aludiendo su deseo de no involucrarme en el mundo de la prensa amarillista. Esta situación me motivó a pintar la escena de “La boda”; una divertida fiesta en la que me autorretrato cargándola en medio de un selecto grupo de invitados entre los que se pueden distinguir a Pedro Infante, Toulouse Lautrec y Benito Juárez entre otros, animados por el estridente punk rock de los Sex Pistols. (12)

La Musa de México

He continuado pintándola en diferentes ocasiones y contextos. En 2016 como “Lyn May la Musa de México”. Este es un retrato-homenaje a Lyn sobre un cartel que me fue obsequiado y reproduce la pintura de 1453-4 “Coronación de la Virgen” del pintor francés Enguerrand Quatron que se encuentra en Aviñón. En mi intervención el personaje central de la Virgen María es reemplazado por la extraordinaria vedette, quién haciendo referencia a mi proyecto “Farándula Cubista” y al hecho de encontrarse esta pintura en la misma ciudad, abraza el legendario cuadro de Picasso “Las señoritas de Aviñón”, al momento de ser coronada por la Santísima Trinidad. El resto de la pieza se encuentra poblado por personajes humorísticos recortados de la revista mexicana “Ja-Ja”, publicación de los años sesenta en la que colaboraron moneros estadounidenses, como Don Martin y mexicanos como Alberto Huici, Abel Quezada y Rafael Freyre entre otros, cuyos trazos pueden reconocerse al observar detalladamente esta obra. (13)

Mujer sencilla, franca y seria

2018 fue el año en que elaboré un “alvarezado” retratándola. Este original proceso pictórico, de mi invención, consiste en comenzar con un collage, en este caso utilicé recortes de periódicos y revistas que mencionan a Lyn, uno de ellos la define correctamente así: “Mujer sencilla, franca y seria que mantiene tremendo ritmo de trabajo diario y el público es un fiel seguidor de ella”. Posteriormente, después de aplicar una delgada capa de cera de abeja, pinté su monumental figura al óleo. (14)

Códice Lyn May

Mi más reciente producción de obras es una serie de neo códices, inspirada en aquellos antiguos documentos mexicanos, tratando diversos temas en cada uno de ellos. No pudo faltar aquí el “Códice Lyn May”, obra en la que por medio de imágenes, relato detalles alusivos a su historia; origen, familia, profesión y gustos, sin dejar de mencionar nuestro idilio. (15)

El Jardín Secreto

«El jardín secreto de Lyn May», 2023. 90 x 120 cm. Óleo sobre madera.

Con motivo de esta exposición presento la nueva pieza creada este año: “El jardín secreto de Lyn May”, un tríptico que consta de dos pinturas, una en el panel exterior, que tiene la función de puerta, en donde podemos ver un retrato de Lyn reclinada sobre una representación del mundo y mi propio autorretrato sosteniendo un pincel. Podemos observar también que las puertas están cerradas con candado, impidiéndonos abrirlas y poder conocer el panel interior de la obra que permaneció guardado bajo llave por un tiempo, alimentando la imaginación de todos aquellos que se acercaron a esta enigmática pieza. La razón de esto es la siguiente:

El 13 de junio, día de San Antonio, me encontraba pintando esta obra en mi taller cuando decidí tomar un descanso bajo la sombra de un durazno en el jardín. Súbitamente me invadió una somnolencia inevitable que me tumbó a los pies del árbol cayendo profundamente dormido. Poco tiempo duró mi sueño que inmediatamente se vio invadido por imágenes oníricas. Me veía a mí mismo recostado en un jardín, rodeado de innumerables hombres y mujeres desnudos, animales fantásticos y extrañas plantas. Cerca de mí una bella fuente de agua cristalina formada de piedras color de rosa llamó mi atención, de ella surgió la monumental figura desnuda de Lyn May que aproximándose hacia mí me decía: “Tienes que mantener mi jardín en secreto”. Inmediatamente me incorporé, notando que yo también estaba desnudo, ella se acercó más y más hasta que nuestros rostros estuvieron muy cerca y claramente sentí sus labios sobre los míos en un apasionado beso que me hizo despertar. (17)

Detalles de «El Jardín secreto de Lyn May»

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Nuestra relación amorosa/amistosa se ha mantenido viva durante todos estos años, siempre con respeto y admiración mutua. Sirva esta nueva pieza artística y exposición virtual como un homenaje a una de las mujeres más admirables y admiradas que ha dado México, con amor,

Antonio Álvarez Morán, 2023  

Nuestra relación amorosa/amistosa se ha mantenido viva durante todos estos años, siempre con respeto y admiración mutua. Sirva esta nueva pieza artística y exposición virtual como un homenaje a una de las mujeres más admirables y admiradas que ha dado México, con amor,

Antonio Álvarez Morán, 2023  

Lyn May y Yo 

Por Antonio Álvarez Moran 

Lista de obra

1  Sin título (Detalle), 1975 60 x 80 cm. Collage sobre papel. Colección del autor

2  Lyn May en Los Lavaderos, 1986 50 x 70 cm. Lápices sobre papel. $30,000.

3  50 Luces, 1992. 76 x 56 cm. Óleo sobre fibracel. Colección particular

4  La estrella, 1994. 100 x 150 cm. Óleo sobre tela. $50,000.

5  Santa Lyn May, 1997. 60 x 48 cm. Óleo y collage sobre madera. $40,000.

6  Las señoritas de salón, 2007. 220 x 211 cm. Óleo sobre lienzo. Colección particular

7  Lyn May con pañería, 2007. 152 x 101 cm. Óleo sobre lienzo. Colección particular

8  El amor por la pintura, 2007. 28.5 x 22 cm. Fotonovela $100.

9  El cajón de Lyn May, 2018. 27 x 38 x 12 cm. Ensamblaje. $30,000.

10  Busto de Lyn May desnuda, 2008. 60 x 50 cm. Óleo sobre tela. Colección particular

11  Para Lyn May con amor, 2010. 35 x 25 cm. Pastel sobre papel. Colección particular

12  La boda, 2016. 80 x 90 cm. Óleo sobre lienzo. Colección particular

13  La musa de México, 2016.  94 x 64 cm. Collage y óleo sobre impreso montado en madera. $40,000.

14  Lyn May triunfadora, 2018. 60 x 50 cm. Alvarezado sobre fibracel. Colección particular 

15  Códice Lyn May, 2021. 60 x 90 cm. Collage y acrílico sobre papel amate. $50,000.

16  El jardín secreto de Lyn May (tríptico), 2023. 90 x 120 cm. Óleo sobre madera. Por anunciar

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